LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN
BÚSQUEDA DE LA CALIDAD
POR MEDIO DE LA EVALUACIÓN: UNA LUCHA
PERMANENTE
Jorge F. Calderón V
En las últimas décadas las
instituciones educativas se han visto presionadas por organizaciones mundiales que
les exigen cumplir con ciertos parámetros de lo que llaman modelo de calidad,
de no hacerlo así, no conseguirán su “patrocinio”, es decir recursos económicos.
Por tanto, se han visto obligadas a entrar en el juego y adoptar un modelo que
permita alcanzar los estándares de calidad exigidos.
El objetivo de este trabajo es
presentar brevemente algunos conceptos que están relacionados en la búsqueda de
las instituciones por la calidad educativa.
Conceptos
fundamentales vistos durante el semestre: Modelo – Modelo de Calidad – Modelo
de Evaluación - Fin de la Evaluación –
Programas de evaluación.
Modelo: se entiende como modelo una especie estructura
o un plan elaborado de forma escrita cuyo objetivo es tener de manera
anticipada un punto de referencia de lo que se quiere lograr. Por tanto intenta
anticiparse a los problemas que pudieran surgir al momento de poner en marcha
el plan. De preferencia el modelo debe de ser flexible a posibles cambios
durante el proceso.
Hablando de las instituciones
educativas ellas, para conseguir la finalidad de una educación de calidad, han
de adaptar o construir un modelo de calidad que les permitan conseguir su
propósito.
Modelo
de calidad: es un
modelo ideal. Es decir en teoría así debería ser el producto final, el que se
quiere conseguir. Cuenta con ciertos objetivos, metas que de alcanzarse
satisfacerían la demanda.
Debido a las reformas en educación,
los modelos de calidad suelen cambiar. Actualmente existen, por llamarlo de
alguna manera, cuatro grandes indicadores de evaluación educativa del modelo de
calidad: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir.
Modelo
de Evaluación: hablar
de modelo de calidad es necesariamente hablar de evaluación. Como todo, se debe
aclarar lo mejor posible el concepto que se tiene por evaluación. Por tanto se
construye un modelo de evaluación para dar cuenta de los resultados. Este
modelo de evaluación preferentemente ha de ser concebido para obtener resultados
para analizarlos tomando en cuenta los
indicadores del modelo de calidad y conocer el estado en el que se encuentran
los resultados que se están logrando. Se trata de una evaluación para conocer y
mejorar el proceso.
Fin
de la evaluación, la
evaluación debe conseguir tres cosas: hacer un diagnostico, o sea conocer el
estado actual en el que se encuentra el objeto que se va a evaluar, luego darle
seguimiento, seguir el proceso del fenómeno para ver cómo se desarrolla,
teniendo en cuenta claro cuál es la finalidad de este seguimiento, por ultimo
buscar mejorar del proceso. Al evaluación busca generar conocimiento.
Otro concepto que entra en cuestión
con el propósito de conseguir una educación de calidad son los programas de
evaluación en los 70 y 80. El CENEVAL por ejemplo cuya aparición fue en 1994.
SE crean también instrumentos mejorados e Instituciones como el Instituto
Nacional de la Evaluación la Educación (INEE). En fin empieza la búsqueda por
la calidad a través de programas de evaluación.
Comentario:
No
es que estar en contra de la evaluación sea sano, de hecho no lo es. Lo insano
radica en que los programas y sus instrumentos de evaluación son mecanismo de
presión, son impuestos, son externos y de intereses que muchas veces no tienen
que ver con educación (habría que replantearse este concepto) por tanto la
evaluación se está aplicando no por convencimiento (convicción) sino por
exigencia de las empresas, del Estado y de las organizaciones hegemónicas. No
se alcanza una calidad educativa en estas condiciones de opresión, lo que se
está haciendo es una escolarización de una loca carrera por la competición, y eso
no corresponde a una educación. Las instituciones están perdiendo el sentido y
están olvidando replantearse la pregunta ¿Para qué educar? Lo que quieren es agradar a quienes
proporcionan los dineros que les permiten seguir subsistiendo. Cuando la
evaluación sea decisión y convicción de la institución y todos estemos
convencidos de sus beneficios educativos, y hayamos respondido de manera casi
unánime para que educar, entonces estaremos en condiciones de evaluar (o tal
vez ni lo necesitemos).
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